lunes, 20 de diciembre de 2010

La embarazada no puede beber ni una sola gota de alcohol durante el embarazo

La ingesta de alcohol, durante los meses de embarazo, representa un gran riesgo para la salud del bebé que va a nacer. Será el neonato quién sufrirá las consecuencias de los malos hábitos o de la falta de cuidado de su madre, para el resto de su vida. En Estados Unidos, se estima que de cada 750 bebés, uno nace con un cuadro de problemas físicos, mentales, evolutivos y funcionales, conocido como síndrome de alcoholismo fetal (SAF).

Prevención y tratamiento del síndrome de alcoholismo fetal

Los especialistas afirman que la mejor forma para evitar el SAF, es prevenirlo. ¿Cómo? Pues NO bebiendo ni una sola gota de alcohol (entre las bebidas alcohólicas no permitidas está incluida la cerveza, el vino, los licores…) durante el embarazo. El alcohol es peligroso, y no existen pruebas que permitan determinar exactamente qué cantidad de alcohol provocará anomalías congénitas. Cada mujer metaboliza el alcohol de distinta manera. El alcohol atraviesa fácilmente la barrera placentaria y el feto no está tan preparado como la madre para eliminarlo. Cuando recibe una concentración alta de esta sustancia, permanece en su organismo por más tiempo, causándole algunas lesiones.

El SAF no tiene cura. Sin embargo, existen estudios que revelan que un diagnóstico temprano, es decir, antes de los 6 años de edad, junto a un crecimiento en un entorno educativo estable, puede mejorar el cuadro del niño con SAF, a largo plazo.

Beber bebidas alcohólicas en el embarazo causa graves problemas al bebé

Durante los tres primeros meses del embarazo, cuando el feto está desarrollando su cerebro, ingerir alcohol es especialmente peligroso. En esta etapa, el alcohol evita que las conexiones cerebrales del feto se formen adecuadamente. Eso no quiere decir que, en los meses posteriores, el alcohol sea menos nocivo. Está comprobado que durante los últimos meses, el alcohol puede dañar gravemente el sistema nervioso del feto, que estará en pleno desarrollo.

Las consecuencias del síndrome tienden a intensificarse a medida que los niños se hacen mayores y se acercan a la edad adulta. A esta edad, pueden aparecer problemas de salud mental, falta de iniciativa o incapacidad para vivir con independencia.

Señales, síntomas y características de los bebés afectados

Si durante el embarazo has consumido alcohol, en grandes o pequeñas cantidades, y te preocupa que tu hijo pueda padecer de SAF, aquí tienes algunos síntomas del síndrome para observar a tu hijo. Es necesario subrayar que, aunque encuentres algunos síntomas en tu bebé, no quiere decir que el pequeño padezca el síndrome. Ante todo, hay que consultar al médico y oír su diagnóstico. Sólo el medico podrá evaluar, con más profundidad, el caso.

Por lo general, los bebés que padecen el SAF, suelen presentar:
- Bajo peso al nacer.
- Perímetro craneal más pequeño de lo normal.
- Retraso del crecimiento y del desarrollo.
- Anomalías en el corazón, en la cara y en otros órganos.
- Epilepsia.
- Problemas de coordinación y de motricidad fina.
- Escasas habilidades sociales.
- Falta de imaginación o de curiosidad.
- Problemas de aprendizaje, emocionales o de comportamiento.
- Poca memoria y concentración.

En el caso de que tu hijo sea adoptado, las características arriba mencionadas, también podrán servir para indicar la presencia de un síndrome de alcoholismo fetal, siempre bajo supervisión médica.
El diagnostico del síndrome no es nada fácil. Es necesario que todos, médicos, profesores y padres reciban formación e información acerca del tema.

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